Llafranc es un pueblo marítimo situado en la Costa Brava que deleita a cualquiera que lo visite. A su llegada, encontrará un entorno de mar, naturaleza y verde en una badía que conforma el centro y el paseo del pueblo y que se distingue por su puerto ubicado en el extremo norte de la villa, justo debajo de la montaña de San Sebastián.
Llafranc
Gracias a su distinguido paisaje y su proximidad a diferentes pueblos vecinos de la zona, Llafranc es uno de los referentes para los turistas que buscan encontrar una zona de paseos tranquilos cerca del mar con variedad de actividades para toda la familia y una gran oferta gastronómica y de ocio. Su vecina Calella de Palafrugell es otra de las localidades con más encanto que se visita por ser una villa de calas rocosas y casas de tonos blancos y azules frente al mar. Desde Llafranc se puede acceder a través del camino de ronda que es un sendero que recorre los límites de la costa hacia el norte, hasta llegar a su primera cala: el Canadell. Es de las más grandes que tiene Calella y en ella se puede encontrar el hotel La Torre -justo a la llegada del extremo norte- que dispone de una terraza envidiable donde tomarse una copa con unas vistas . Es muy recomendable tomarse una copa al atardecer y contemplar la belleza del entorno. Otra opción es el restaurante Tragamar a pie de playa que ofrece arroces y platos de mar típicos de la zona. Además, si estás buscando alojamiento, puedes encontrar opciones de alquiler apartamentos en Llafranc.
Calella
Asimismo es requisito seguir recorriendo Calella por sus callejuelas adoquinadas de piedra blanca y su iglesia de inspiración medieval. Después, siguiendo la línea de la costa, uno puede seguir descubriendo cada una de sus playas de arena gruesa: la más famosa es sin duda el Port Bo -hay quien también le llama la playa de las barcas- justo delante la plaza que goza del mismo nombre y dónde se celebra cada primer sábado de julio las famosas Habaneras: grupos musicales autóctonos que cantan baladas típicas de la colonización en Cuba. Un encuentro multitudinario y lleno de valor artístico que vale la pena visitar si se encuentra por la zona.
Al extremo sur de la localidad también encontramos gemas de gran valor: el Port-Pelegrí con su restaurante Fiego dónde disfrutarás de las mejores paellas y arroces y la calita de San Roc que lleva por nombre también el mismo hotel que lo copa en lo alto de la colina. Desde la terraza del Balcó de Calella -el restaurante del mismo hotel- podrás disfrutar de unas vistas de ensueño. Y si eres más aventurero puedes recorrer el último tramo de senderos hasta llegar a la paradisíaca cala de El Golfet, la última de las playas de Calella antes de llegar al Cap Roig, el mismo que da nombre a su conocido castillo por albergar el famoso Festival de Cap Roig durante los meses de julio y agosto con artistas nacionales e internacionales que han pasado por su escenario desde Bisbal, Sopa de Cabra o Sergio Dalma y hasta Rod Steward, Lady Gaga o Elton John.
Tamariu
Al otro extremo norte de Llafranc se encuentra otra de las localidades que conforman el municipio de Palafrugell que uno debe visitar a su paso por Llafranc: Tamariu. Esta pequeña localidad es un enclave dentro del litoral de la Costa Brava y destaca por ser la menos poblada de la zona por su recóndita situación geográfica. Su acceso se precisa en coche puesto que el recorrido es exclusivo para expertos senderistas: un camino de acantilados rocosos y largas vistas de aguas azules. Tamariu dispone de una única cala grande y una cala adyacente llamada Els Llris. Esta última dispone de un trampolín para todas las edades que alberga colas durante los meses de verano, especialmente poblado de niños y jóvenes. Tamariu también destaca sobre todo por su oferta gastronómica: Es Dofí o Cal Redondo son una buena opción si se quiere deleitar con sabores marinos desde crustáceos hasta pescados salvajes de la zona.
Otra calita que pertenece a la zona de Tamariu y que cabe destacar por ser un paraje idílico es Aigua Xelida. Ubicada al extremo norte de esta localidad, es de las calas más pequeñas pero también más bellas por sus aguas cristalinas y sus formas rocosas que conforman una cuna recóndita para disfrutar de una gran paleta de colores terracota y pinos verdes a su alrededor.
Begur
Desde esta misma cala, y siguiendo la carretera dirección norte se llega hasta la primera cala del municipio de Begur llamada Aiguablava. Sus aguas azul celeste permiten entrever el fondo marino que contrasta con la arena blanquecina de la orilla y dónde también podrá disfrutar de comida típica en uno de los restaurantes más reconocidos de la zona: El Toc al Mar. Pero Begur destaca por tener calas que impresionan una tras otra: Plaja Fonda, que sigue el litoral del cabo de Fornells, es otra playa de arena gris y agua turquesa. Sólo se puede llegar a pie desde lo alto del monte, aunque quien la visita queda anonadado por su belleza única. Begur también tiene un centro histórico muy valioso: su castillo medieval y sus callejuelas alrededor de la iglesia en la plaza del centro es una visita más que recomendable. Y no olvidemos su gastronomía: desde el restaurante Platillos a El Tapes o Es Mos, encontrarás allí una gran calidad con producto de kilómetro cero.
Pals
Cabe destacar que quienes prefieren rehuir de la muchedumbre, Pals dispone de una de las playas más largas y espaciosas de la zona: además su amplitud al mar más abierto atrae a los amantes del surf ya que en determinadas zonas y, en función del día, uno puede disfrutar del oleaje. Asimismo, Pals ofrece otro paisaje interior precioso por sus adoquinados y su iglesia gótica. Su casco antiguo es sin duda uno de los más reconocidos de la zona ya que fue galardonado con el Premio Nacional de Bellas Artes y Turismo en 1980.
Dónde Alojarse
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