¿Qué es la tácita reconducción y cómo puede afectarte?

Muchos propietarios de viviendas en alquiler y los arrendatarios han escuchado el término tácita reconducción, pero la realidad es que muy pocos logran entender qué significa esto y cómo se relaciona con ellos.

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En este artículo abordaremos los detalles más importantes de esta condición legal de arrendador-arrendatario para aclarar todas tus dudas al respecto. Así que, empecemos.

¿Qué es la tácita reconducción?

La tácita reconducción es un mecanismo legal que se basa en el principio de buena fe contractual.

Su objetivo es evitar que el inquilino se quede sin vivienda o el propietario sin renta, cuando el contrato de alquiler termina y ninguna de las partes manifiesta su intención de renovarlo o rescindirlo.

La prórroga de contrato de arrendamiento, como también se la llama, se regula en el artículo 1566 del Código Civil, que dice lo siguiente:

“Si al terminar el contrato, el inquilino permanece disfrutando quince días (15) de la cosa arrendada (casa, piso, etc) con aquiescencia del arrendador, se puede entender como que existe tácita reconducción por los tiempos que se establecen len el artículo 1577 y el artículo 1581, a menos que haya precedido requerimiento judicial o notarial”.

Esto significa que, si el inquilino sigue ocupando la vivienda después de 15 días desde la finalización del contrato, y el propietario no le dice nada, se entiende que hay una prórroga tácita del contrato por el tiempo que establece la ley.

Por supuesto, esto aplica salvo que haya existido una comunicación formal por parte del propietario para exigirle que abandone la vivienda.

En este caso, el inquilino tiene 15 días para buscar una nueva vivienda.

¿Cuáles son las características de esta prórroga de contrato de arrendamiento?

Las características principales de la prórroga tácita son las siguientes:

  • Solo se produce por el mero hecho de continuar en el uso y el pleno disfrute de la vivienda alquilada, sin necesidad de un acuerdo expreso entre las partes.
  • Cuando se presenta una prórroga tácita, se mantiene el mismo precio y las mismas condiciones de alquiler del contrato original, salvo pacto en contrario entre el arrendador y el arrendatario.
  • Se aplica el plazo legal según el tipo de contrato, que puede ser anual, mensual o diario. Así que, esto determina el plazo de tiempo en el que se extiende la tácita.
  • El arrendador y arrendatario pueden poner fin a la prórroga tácita en cualquier momento, mediante un preaviso por escrito con la antelación suficiente, que pueden ser 15 días o más.

¿Cómo puede afectarte la tácita reconducción?

Por supuesto, como todo en esta vida, la prórroga tácita tiene ventajas y desventajas para el inquilino y para el arrendador.

Y todo esto dependerá de sus circunstancias e intereses.

Así pues, es indispensable conocer cómo puede afectarte de forma positiva y negativa esta prórroga de contrato de arrendamiento. Veamos.

Por un lado, las ventajas de la tácita reconducción son:

  • El inquilino evita tener que buscar otra vivienda o firmar un nuevo contrato con condiciones menos favorables, y esto te da la posibilidad de mantener tus costes controlados.
  • El arrendatario mantiene los derechos adquiridos durante el contrato original, como la duración, el precio o las garantías.
  • El inquilino tiene flexibilidad para dejar la vivienda cuando quieras, con un preaviso razonable, como es obvio.
  • Por su parte, el arrendador no tiene que buscar un nuevo arrendatario ni tiene que dejar desocupado el inmueble, lo que le permite disfrutar de ingresos constantes.
  • El arrendador también puede recuperar la vivienda cuando desee, pero con un previo aviso.

Como desventajas, podemos mencionar:

  • El inquilino no tiene ningún tipo de seguridad jurídica ni certeza sobre la duración del contrato.
  • El arrendatario está expuesto a que el propietario le reclame de forma judicial o notarial el desalojo de la vivienda en cualquier momento.
  • El inquilino no puede beneficiarse de posibles mejoras o actualizaciones en el mercado del alquiler.
  • El arrendador no sabe la duración del contrato.
  • El propietario de la vivienda se expone a que el inquilino abandone la vivienda.
  • Y, por último, el arrendador no puede actualizar el precio o las condiciones del contrato según el mercado del alquiler.

Así que, según lo enfoques, la prórroga tácita tiene ventajas y desventajas para ambas partes.

Plazos de la tácita reconducción

Lo primero que tenemos que mencionar es que los contratos de alquiler deben tener un mínimo de 5 años, o 7 años si hablamos de una persona jurídica.

En caso de que los contratos tengan una duración menor a esta, debe aplicarse una prórroga hasta llegarse a ese plazo.

Después de esto, se aplica una prórroga tácita por hasta 3 años que se gestionan en períodos anuales.

Ahora bien, después de haber pasado este plazo, si el inquilino permanece por 15 días en la vivienda, entonces se presenta una prórroga tácita.

Entonces, si no se fijan plazos, deben ser:

  • Si la modalidad de contrato es anual, un año para fincas.
  • Para fincas rústicas con tierras que se dividen en dos, tres o más hojas, un año por cada hoja.
  • Para renting, los plazos son los que estipula el Código Civil.
  • Y, para negocios, lo que establece la Ley de Arrendamientos Urbanos.

¿Cuánto dura la prórroga tácita?

La duración de la tácita reconducción es indefinida, hasta que alguna de las partes manifieste su voluntad de poner fin al contrato.

Para ello, debe comunicarlo por escrito con la antelación suficiente, que dependerá del plazo legal aplicable. Por ejemplo:

  • Si el plazo es anual, el preaviso debe ser de al menos 30 días antes del vencimiento del año.
  • Cuando el plazo es mensual, se tiene que avisar 30 días antes del vencimiento del mes.
  • Si el plazo es diario, se tiene que avisar con un día antes del vencimiento, por lo menos.

¿Cómo evitar la tácita reconducción?

La mejor forma de evitar la tácita reconducción es comunicar con bastante claridad y sinceridad tu intención de renovar o rescindir el contrato antes de que finalice.

Así, podrás negociar las condiciones más convenientes para ti y evitar sorpresas o conflictos.

Y, por supuesto, demostrarás un poco de consideración con la otra parte.

Por ejemplo, como inquilino, comunícate con el propietario del inmueble y dile si quieres seguir en el alquiler.

En este caso, puedes proponer una renovación del contrato con las condiciones que te interesen.

Pero, si tu intención es cambiar de residencia, debes entregar las llaves y dejarla en buen estado.

En el caso de los arrendadores, comunicarán al inquilino su voluntad de mantener o no el alquiler mediante una carta o un correo electrónico.

También pueden promover un nuevo contrato de alquiler.

O, por otro lado, mencionar que quieren terminar con el contrato.

Para estas ocasiones, lo mejor será respetar los derechos del inquilino y cumplir con los plazos legales.

Así que, como puedes ver, la tácita reconducción es una de las condiciones legales que pueden darse cuando el contrato de alquiler termina y ninguna de las partes dice nada.

Y puede presentarse la alternativa de continuar en la vivienda o de salir.

En caso de que el inquilino o el arrendador quieran terminar el contrato, se debe comunicar con 15 días de antelación o más a la otra parte para que sea legal.

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